AJN.- El presidente israelí no escondió su emoción al encontrarse con Nikki Haley, quien respalda activamente a Israel. “Apreciamos su apoyo en el escenario más importante del mundo”, destacó Rivlin.

Durante los años, tanto la realeza como jefes de estado y gobierno, altos rangos de de ministerios y diplomáticos de muchos países han visitado la residencia presidencial, pero ninguno generó tanta emoción como la embajadora de Estados Unidos para las Naciones Unidas, Nikki Haley.

Horas antes de la llegada de Haley, miembros del staff presidencial movían banderas y sillas, un centímetro para un lado, un centímetro para otro y nuevamente para el mismo lado, como si fuera a generar una gran diferencia.

Fotógrafos de prensa y los equipos televisivos fueron no menos que pedantes ante lo que era una obvia oportunidad histórica. No pararon de probar los micrófonos una y otra vez, moviendo banderas y sillas levemente hacia una dirección u otra para encontrar el mejor ángulo y así poder capturar el encuentro que quedaría en la memoria para la posteridad.

No se fijaron en tantos detalles el mes pasado cuando llegó la visita del Presidente estadounidense, Donald Trump.

Hay una diferencia. Trump fue un gran amigo de Israel previo a las elecciones y como sus predecesores falló con su promesa de mover la embajada de EEUU de Tel Aviv a Jerusalem. Haley probó ser una verdadera aliada de Israel en la ONU cuando fue nombrada, allí puede notarse la palpable diferencia.

Rivlin usualmente recibe a sus invitados de una manera privada, pero tuvo un gesto más íntimo para la delegación norteamericana. Apenas salió de su oficina al pequeño hall de bienvenida, le dio la mano a Haley. Con un gesto radiante y una voz tan suave que apenas superaba el volumen de un susurro, le dijo que estaba encantado de verla: “es un placer”, repitió en más de una ocasión.

Haley estuvo acompañada de Danny Danon, su contrapar israelí, que fue recibido cálidamente por Rivlin, ambos fueron miembros de la Knesset representando al Likud en el pasado. También David Friedman, embajador de Estados Unidos en Israel estuvo acompañando a Haley, junto a otros cinco miembros de la delegación.

Rivlin le dijo apenas llegó: “Es una amiga de Israel” y añadió: “Apreciamos tu fuerte apoyo frente al mundo para la seguridad de nuestro pueblo y del Estado de Israel. Con tu apoyo vemos el principio de una nueva era. Israel no está solo en la ONU y ya no es más la bolsa de boxeo de las Naciones Unidas”.