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Opinión

¿Qué causa palestina? Por Marina Rosenberg, embajadora de Israel en Chile

Agencia AJN.- La embajadora israelí en Chile, Marina Roserberg, reflexiona sobre la incitación al odio que promueven los movimientos radicales palestinos contra el pueblo de Israel, que a fin de cuentas, «no ayuda en nada la construcción de un futuro mejor para el pueblo palestino.»

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Agencia AJN.- El conflicto palestino-israelí tiene cientos de aristas, interpretaciones, implicancias y episodios. Por eso, a veces parece un trompo mañoso que gira sobre sí mismo y marea a los espectadores.

Pero, sumando y restando, lo fundamental hoy es sincerar los objetivos palestinos y evaluar la legitimidad de los medios utilizados para alcanzar estos objetivos.

Nicolás Maquiavelo inspiró la famosa frase “el fin justifica los medios”. Se trata de una tesis cuestionable desde sus orígenes, y más aún en nuestros tiempos, donde las cosas deben hacerse de acuerdo a una escala de valores universalmente aceptados.

Por eso, deberíamos rechazar de plano el terrorismo que viene de Hamas y la incitación al odio que promueven los radicales palestinos, ya que estos son medios ilegítimos. Y con medios ilegítimos no se puede sustentar el fin de tener un estado palestino soberano, por muy loable que esto parezca.

Embajadora Marina Rosenberg

Pero, tal vez, la cuestión es otra. ¿Cuál es el verdadero fin de Hamas y los extremistas palestinos? ¿Es el establecimiento de un estado palestino o es la destrucción de Israel y la expulsión de los “infieles judíos” de Medio Oriente?

La evidencia, los testimonios, las declaraciones y hasta la Carta Fundacional de Hamas, revelan que su fin último es borrar del mapa al estado judío, y si este objetivo implica gastar en armas el dinero de las vacunas, exponer a sus connacionales como escudos humanos e incluso comprometer el futuro del estado palestino, bueno, que así sea.

En resumen, podría decirse que en Medio Oriente se ha instalado un conflicto que tiene como objetivo la desaparición de Israel y que se nutre y desarrolla a través de la incitación al odio antiisraelí y la ejecución de actos de terrorismo. Esta animadversión hacia el Estado judío provenía en algún momento del mundo árabe, y en estos tiempos brota de los palestinos radicales y del fundamentalismo islámico

Esto es lo que pasa allá en Medio Oriente. ¿Pero qué pasa acá en Chile, donde vive una gran cantidad de chilenos de origen palestino, con una amplia diversidad política, económica y geográfica?

Cominudad de palestinos en Chile

Bueno, en Chile, a 13.000 kilómetros de distancia, este conflicto se vive a través de la importación, la radicalización, la normalización y la discriminación. Y, al contrario de lo que repite habitualmente el presidente de la Comunidad Palestina, Maurice Khamis, acá hay un fuerte deterioro en la relación entre ambas colectividades, y se aprecia una creciente tensión hacia la comunidad judía y un intento de desafectarla de sus lazos sentimentales con Israel.

En pocas palabras, la importación y alimentación local de un conflicto lejano es un hecho de la causa, y no es cosa de los últimos meses o años. Además, la radicalización de las posturas y acciones en el plano público y comunicacional tampoco es nueva, pero ahora quedó estampada en bronce, con el apoyo explícito entregado por Khamis a Hamas en una entrevista a un medio de prensa local. De igual forma, la normalización de una narrativa antiisraelí también está instalada, y ya nadie se extraña que se exija de Israel lo que no se pide de ningún otro país. Y, por último, y muy a nuestro pesar, la discriminación de las personas e instituciones que simpatizan con Israel está avanzado rápidamente, y esto lo están sufriendo miembros de la comunidad judía, a través de RRSS, incidentes callejeros y negación de servicio en locales comerciales. Y, aunque estos fenómenos generan cierta sorpresa, aparentemente no es suficiente como para producir alarma y movilizar una reacción.

Pero en este escenario complejo, aún persisten dudas sobre los objetivos, sobre el fin que tiene la campaña del liderazgo palestino en Chile.

La intuición diría que el fin es lograr el establecimiento de un estado palestino, con los mayores grados de bienestar para su pueblo. Pero la evaluación del escenario nos señala que importar el conflicto, solidarizar con Hamas, normalizar la deslegitimación de Israel y discriminar a sus adherentes no ayuda en nada la construcción de un futuro mejor para el pueblo palestino.

Al contrario, solidarizar con Palestina, conservar las tradiciones, fomentar su cultura, promover negocios bilaterales o enviar ayuda humanitaria, sí parecen ser buenos medios para un fin loable, para una causa palestina legítima.

Es cierto que mucha gente en el mundo simpatiza con las reivindicaciones del pueblo palestino e incluso una parte significativa de los israelíes adhiere a la idea de un estado palestino independiente. Pero, no hay que confundir esto con la causa de los radicales, la otra “causa palestina”, la que busca destruir a Israel.

En tal sentido, el emplazamiento para el liderazgo palestino en Chile es claro. Abandonar el fuerte lobby que realizan a nivel político y parlamentario, para monopolizar la agenda nacional e internacional con un mensaje de deslegitimación de Israel.

Ha llegado el momento de escoger el fin correcto, la causa correcta y los medios adecuados. Llegó el momento de escoger la causa de la paz, y poner a disposición de ella todos los medios disponibles, actuando con responsabilidad, coherencia, legitimidad y buena voluntad.

Fuente: LaTercera.com
Autor: Marina Rosenberg, embajadora de Israel en Chile

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The Jerusalem Post | Opinión: La muerte de Raisi no tiene importancia para el pueblo iraní

La columna vertebral de la nación se rompió por la calamidad de su gobierno clerical. La República Islámica fue saqueada de forma temeraria, convirtiéndose en un país tercermundista en un estado deplorable, con todos sus logros en descenso. La crisis actual de la sociedad iraní es una crisis política, una crisis del tejido social, de identidad nacional y de autenticidad cultural.

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Agencia AJN.- (Erfan Fard* – The Jerusalem Post) El presidente de la República Islámica de Irán, Ebrahim Raisi, el tirano, el verdugo y opresor manchado de sangre, el notorio carnicero de Teherán, murió.

La estrategia del régimen consistió en revelar gradualmente la noticia de la muerte de Raisi -incluso mientras el ayatolá Alí Khamenei pedía que oren por él- para asegurarse de que las fuerzas de seguridad y militares se desplegaran estratégicamente en las calles en previsión de los festejos de la población por el derrocamiento de uno de los dirigentes más denigrados y letales.

Finalmente, se anunció la muerte de Raisi.

Sin embargo, Irán se escapa. El régimen actual de la República Islámica no se ajusta a las realidades históricas, culturales o sociales del pueblo iraní, no lo representa.

Es más, el pueblo iraní está prisionero dentro de una brutal trampa tendida por la autoridad islámica de los mulás (experto en interpretar las leyes islámicas) chiíes (la segunda rama del islam, en número de seguidores, después del sunismo. Los chiíes se adhieren a las enseñanzas de Mahoma y a la guía religiosa de su familia, a la cual se denomina Ahl al-Bayt, o sus descendientes denominados como Imamíes).

Los guardianes exclusivos del Islam bautizaron el terrorismo islámico como »despertar» islámico, y hoy, los iraníes son las almas olvidadas y sacrificadas del siglo XXI.

Es un deber nacional y humanitario para todo iraní patriota estar al frente de la carga, llevar el estandarte en la lucha. Por lo tanto, los iraníes, que se encuentran en la encrucijada de la vida y la muerte, prestan atención a las palabras de su poeta nacional Ferdowsi, señalando que no es honorable entrar en la arena después del adversario o permanecer en el espectáculo de la desaparición del adversario.

El pueblo de Irán es un creador épico. Salieron a la calle en múltiples ocasiones durante la oscura era del mandato de Raisi, protestando valientemente y pagando con sus vidas. Su vibrante y dinámica juventud, ni indefensa ni débil, se alegra de la eliminación de un obstáculo en su camino hacia la democracia.

 THE ANNOUNCEMENT of Ebrahim Raisi’s death is not significant at all. From the perspective of the Iranian people, his presence or absence makes no difference, the writer asserts. (photo credit: Leonardo Fernandez Viloria/Reuters)

Aunque muchos en la oposición contemplan la muerte de Khamenei, igual que esperaron el final del antiguo ayatolá Ruhollah Jomeini sin ningún plan, la muerte de Raisi no resuelve realmente ninguno de los problemas reales del país.

El régimen envió a miles de jóvenes al matadero porque su misión es la destrucción y la muerte. La República Islámica recuerda a la época safávida (1501-1736), cuando cientos de pensadores, escritores y oradores humillados y atormentados abandonaron Irán para escapar de la clase clerical.

Irán está herido y boqueando.

Existe un estado de emergencia en el país porque es un momento crítico para el barco que se hunde a toda velocidad arrastrado por la tormenta.

Nunca antes la sociedad iraní había sido tan volátil como ahora. La columna vertebral de la nación se rompió por la calamidad de su gobierno clerical. La República Islámica fue saqueada de forma temeraria, convirtiéndose en un país tercermundista en un estado deplorable, con todos sus logros en descenso. La crisis actual de la sociedad iraní es una crisis política, una crisis del tejido social, una crisis de identidad nacional y una crisis de autenticidad cultural. Se trata de una verdadera tragedia para el pueblo iraní.

Los hechos innegables que tenemos ante nuestros ojos revelan que la línea de los mulás y los clérigos homicidas y ladrones se rompió.

El régimen que gobierna hoy en Irán -esos supuestos representantes divinos en la Tierra- es una vergüenza para la historia y la cultura del pueblo iraní y es una pesadilla para la nación hace 45 años. Para ser precisos, durante 16.425 días.

La República Islámica de Irán, abatida por los demonios, el desastre y la devastación, está atravesando la pendiente descendente del colapso. Está al borde de la aniquilación, y su gobierno está decayendo y acercándose al final de su vida. Naturalmente, la realidad perdurable es que el sistema arcaico y bárbaro está condenado al fracaso.

Una sociedad descorazonada, escéptica, desesperanzada y desmoralizada bajo el dominio clerical contempla la posibilidad de un levantamiento nacional. En cualquier momento, millones de personas podrían inundar las calles y poner fin a la situación. De hecho, se están sentando las bases para un levantamiento iraní.

 Sudan - Raisi passes by a ship (credit: Walla)

El declive marcado de Irán busca una solución que ponga fin a la pesadilla de su gobierno. En medio del caos actual, los corazones del apesadumbrado e iracundo pueblo iraní anhelan liberarse del régimen de muerte y terror, aspirando a recuperar su orgullo nacional y su autenticidad cultural anteriores a 1979.

Los iraníes descorazonados, arrepentidos, cansados y sufridos -tanto en su país como en el extranjero- esperan el final de esta noche oscura. El realismo del pueblo iraní aumentó tras los sucesivos desastres, y el país se encuentra en un camino determinado por el destino.

En una evaluación realista, el historial régimen es irrisorio y su trabajo destructivo es conocido por el mundo. Todo el poder de los mulás reside en la exageración. Ahora, las condiciones están maduras para una caída, y naturalmente, en la escena mundial se celebra el comienzo del derrumbe del opresivo y ominoso régimen autoritario.

Hace tiempo que el mundo comprendió que la coexistencia con estos gobernantes no es posible. Durante años, el único sonido que se escuchó de la República Islámica ha sido el grito salvaje del salvajismo.

El pueblo iraní puede tener una oportunidad de victoria

Sin embargo, el pueblo de Irán tiene una importante posibilidad de victoria. Esta nación siempre alberga capacidades latentes con su patriotismo resistente y su desdén por la debilidad. Aunque reconstruir Irán sobre las ruinas de la República Islámica es un largo camino, si un Pahlavi, miembro de la antigua familia gobernante, dirige este barco asolado por la tormenta, la travesía será más suave.

La generación más joven, una generación informada, positiva e intelectual, es responsable de su propio destino, historia y cultura. A pesar del corrupto régimen clerical, esta generación está familiarizada con los buenos pensamientos, palabras y actos, y la clave de cualquier transformación fundamental en Irán, hoy y mañana, está en sus manos.

Esta generación quiere reconstruir Irán tras su colapso. La batalla está predestinada, y los jóvenes deben ser los creadores épicos de la historia iraní de hoy. Los iraníes buscan la justicia y el Estado de derecho, liberados de la salvaje mafia clerical, gobernantes tiránicos, bárbaros y criminales.

El anuncio de la muerte de Raisi no tiene ninguna importancia. Tampoco importa a Khamenei ni al régimen de los mulás chiíes. Desde la perspectiva del pueblo iraní, su presencia o ausencia no supone ninguna diferencia.

 

*: Erfan Fard es un reconocido analista antiterrorista e investigador de estudios sobre Medio Oriente con sede en Washington, especialmente centrado en Irán y los conflictos étnicos de la región.

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Desde el 7 de octubre hasta hoy: ¿Cómo desaparecieron las críticas a Hamás en The New York Times?

Las duras críticas no sólo procedían de judíos e israelíes sino, sorprendentemente, también de pro palestinos, que afirmaban que el diario estadounidense era en realidad pro israelí. ¿Cuál es la verdad?
No sorprende que el grupo que recibió más empatía en los artículos del NYT sobre la guerra fueran los palestinos. De un total de 1.398 artículos, 647 expresaban empatía sólo hacia los palestinos (46,2% de los artículos). 147 artículos, por su parte, mostraban empatía sólo hacia los israelíes (10,5% de los artículos), y 50 artículos expresaban empatía sólo hacia los rehenes (2,9% de los artículos).

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Agencia AJN.- (Lilac Sigan – The Jerusalem Post) Además de ganar el Premio Pulitzer por su cobertura de la guerra, The New York Times (NYT) se enfrentó a un aluvión de críticas por su información sesgada y problemática. Las duras críticas no sólo procedían de judíos e israelíes sino, sorprendentemente, también de pro palestinos, que aseguraban que el diario era en realidad pro israelí. ¿Cuál es la verdad?

Más allá de todas las afirmaciones y acusaciones, alguien necesitaba cuantificar las publicaciones para responder a la pregunta: ¿Cómo fue realmente la cobertura de la guerra por parte del NYT?

En primer lugar, la cobertura fue especialmente exhaustiva. Durante los primeros siete meses de la guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza, del 7 de octubre al 7 de mayo, se publicaron 3.848 artículos sobre el tema en el NYT.

Para dar referencia, en todo 2022, el NYT publicó 361 sobre el Estado judío. Menos de una décima parte en casi el doble de tiempo.

Como el número de titulares es enorme, y es difícil clasificar cada uno según su ubicación y tamaño en el diario impreso, el tiempo de permanencia en la página principal y la promoción en el canal digital, Jerusalem Post analizó sólo los artículos que el propio NYT definió como más importantes: los incluidos diariamente en el boletín llamado Today’s Headlines.

Se trata de una recopilación diaria enviada por correo electrónico a los suscriptores que solicitan un resumen de las principales noticias del día anterior, seleccionadas por el equipo editorial.

Es lógico suponer que los titulares elegidos como principales noticias del día también recibieron énfasis en términos de tamaño, colocación y promoción. Sólo un tercio del total de titulares publicados sobre la guerra se incluyeron en el boletín, y acumulativamente, desde el 7 de octubre hasta el 7 de mayo, sumaron 1.398.

Esta cifra también es enorme, ya que cuadruplica la cobertura de Israel a lo largo de 2022.

El volumen de artículos alcanzó su máximo en el primer mes de la guerra, con 325 entre el 7 de octubre y el 7 de noviembre. A partir de noviembre, disminuyó gradualmente hasta alcanzar un mínimo de 131 artículos »sólo» en febrero. Pero la cobertura empezó a aumentar nuevamente en marzo y se disparó en abril debido a las protestas en los campus universitarios estadounidenses.

En el último mes analizado (del 7 de abril al 7 de mayo), el número de artículos alcanzó los 255.

Los artículos se codificaron según dos criterios: empatía y crítica. Cada titular se examinó en función de si expresaba empatía hacia alguna persona o grupo y, a continuación, si también expresaba crítica hacia alguna entidad o grupo.

A veces, el tono crítico se dirigía hacia entidades como Estados Unidos, China, Rusia y Alemania. Ocasionalmente, se expresaba empatía hacia entidades menos relevantes (como judíos estadounidenses, libaneses y otros). Algunos artículos no expresaron ni empatía ni crítica y se codificaron como 0.

No sorprende que el grupo que recibió más empatía en los artículos del NYT sobre la guerra fueran los palestinos. De un total de 1.398 artículos, 647 expresaban empatía sólo hacia los palestinos (46,2% de los artículos). 147 artículos, por su parte, mostraban empatía sólo hacia los israelíes (10,5% de los artículos), y 50 artículos expresaban empatía sólo hacia los rehenes (2,9% de los artículos).

De esta manera, resumiendo todo el periodo, se puede decir que los palestinos recibieron 4,4 veces más empatía que los israelíes y los rehenes juntos.

Sin embargo, observando los datos por meses, resulta que la diferencia es en realidad mucho mayor. En el gráfico que describe la evolución a lo largo de los meses de la guerra, es evidente que la empatía hacia los palestinos era casi el doble que la empatía hacia los israelíes y los rehenes ya en el primer mes de la guerra, entre el 7 de octubre y el 7 de noviembre, que es el mes en el que la empatía hacia los israelíes y los rehenes estaba en su punto álgido.

El número de artículos que expresaban empatía hacia los israelíes y los rehenes era de 50, mientras que el número de artículos que expresaban empatía hacia los palestinos era de 90. A partir de ahí, la diferencia no hizo más que aumentar.

La empatía hacia los israelíes (incluidos los rehenes) se redujo en más de un 50% ya en noviembre y disminuyó hasta casi desaparecer a partir de enero. La empatía hacia los palestinos, por su parte, alcanzó un máximo en noviembre (116), disminuyó ligeramente en diciembre y enero, y empezó a subir de nuevo gradualmente a partir de febrero.

En enero, la empatía hacia los palestinos alcanzó un mínimo relativo de 63 artículos, pero representan un 26% más que el número de artículos empáticos hacia los israelíes en octubre, que fue el mes de máxima empatía hacia los israelíes.

A partir de enero, como se mencionó anteriormente, la empatía hacia los israelíes y los rehenes descendió hasta desaparecer casi por completo. Se expresó en 16 artículos en enero, 10 artículos en febrero, 9 en marzo y 7 en abril.

Entre los cientos de artículos que muestran una empatía significativa hacia los palestinos (63 en enero, 72 en febrero, 76 en marzo, 100 en abril), es posible pensar, erróneamente, que los israelíes no están sufriendo significativamente por la guerra.

Es necesario señalar aquí que en 69 de los artículos publicados durante los siete meses, se expresó empatía conjunta tanto hacia los palestinos como hacia los rehenes, o tanto hacia los palestinos como hacia los israelíes.

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