Opinión
A treinta días de la masacre – de dónde vino, en dónde nos encontramos y hacia dónde nos dirigimos… La lucha contra la Ignorancia
Los líderes principales del Hamás, los multibillonarios que sistemáticamente han robado el presupuesto nacional del pueblo palestino, ni siquiera se encuentran en la franja de Gaza, sino que dan las órdenes y las instrucciones de asesinar a israelíes, desde sus hoteles de lujo, protegidos por los gobiernos musulmanes de países árabes que apoyan el uso de terrorismo.

Por Ariel Goldgewicht*
Dicen que es fácil ser sabio en retrospección. Analizar y criticar las acciones del pasado, después de haber visto los resultados y sus respectivas consecuencias, es más factible que pronosticar el futuro, sin embargo, es indispensable para poder comprender cómo es que hemos llegado a este punto.
Este sábado 4 de noviembre de 2023, contamos cuatro semanas a partir del día más oscuro de la historia del Estado de Israel y el Pueblo Judío desde el Holocausto. Un mes entero desde que dos mil terroristas yihadistas fundamentalistas islámicos, pertenecientes al grupo terrorista Hamás, ejecutaron uno de los atentados terroristas más barbáricos que ha visto la humanidad desde la era medieval. Cuatro semanas desde que asesinaron a sangre fría a más de 1400 civiles inocentes mientras dormían en sus camas o mientras bailaban en un festival de música por la paz. Treinta días desde que secuestraron a por lo menos 240 inocentes, ancianos, sobrevivientes del holocausto, familias enteras, jóvenes, e incluso 30 niños menores de 12 años y algunos de tan solo pocos meses de haber nacido.
Sin duda, es uno de los fracasos más significativos de los servicios de inteligencia, tanto de Israel como del mundo entero. Sin embargo, es importante que dediquemos tiempo y pensamiento para comprender dónde estamos, cómo es que llegamos a este momento y hacia dónde nos dirigimos.
Han transcurrido tres semanas desde que Israel solicitó repetidamente a todos los civiles de la zona norte de la Franja de Gaza que se evacuen hacia el sur, debido a que esa es la zona que sería atacada. Es evidente que avisar con anticipación a tu enemigo la zona en la que el ejército tiene planeado atacar carece de lógica, pues ofrece al oponente la posibilidad de prepararse oportunamente, así como realizar emboscadas y colocar bombas y trampas para los soldados. Sin embargo, por el bien de los civiles del otro lado de la frontera con el que estamos en guerra, se les dio tiempo suficiente para retirarse antes de iniciar la ofensiva terrestre. Este es solo otro ejemplo que prueba que el Ejército de Defensa de Israel está en guerra con la organización terrorista Hamás, no con el pueblo palestino.
El Ejército de Defensa Israelí, Tzahal, ha penetrado profundamente en la franja, y ha logrado rodear la ciudad de Gaza, capital de la zona norte, y el fuerte de Hamás. Ha conseguido destruir, por medio de un bombardeo masivo desde el aire, los puntos de control de la organización terrorista Hamás y se está enfrentando acertadamente con la amenaza de los túneles. Lamentablemente, los blancos más significativos se encuentran dentro y debajo de hospitales y escuelas. Los terroristas ubican ahí sus centros de mando, y de ahí disparan sus misiles dirigidos directamente a centros de población civil israelí, y aparentemente ahí esconden a los secuestrados, justamente porque conocen que el Tzahal, al ser un ejército dictado por las leyes de la ética y la ley internacional, no atacaría esos objetivos desde el cielo. Por lo tanto, Hamás cínicamente usa a la población palestina, su propia población, como escudos humanos. Mientras que a Israel no le queda otra opción más que enviar a sus soldados por tierra, poniéndolos en peligro constante para poder cumplir con los objetivos de la guerra.
Los objetivos declarados por el Gobierno de Israel son dos: Destruir las habilidades militares y políticas de Hamás y, simultáneamente, rescatar a los cientos de secuestrados. Estos fines serán alcanzados, de eso no hay duda. Tzahal es un ejército sumamente poderoso, uno de los más fuertes del mundo, que cuenta con el apoyo de una economía estable, fuerte y pujante, con una sociedad resiliente y con la motivación de que no hay lucha más justa que la persecución de los monstruos que realizaron las barbaridades del 7 de octubre y el rescate inmediato de los secuestrados. Además, cuenta con la legitimidad y el apoyo de los gobiernos del mundo occidental, democrático y liberal.
Es importante explicar que la guerra que actualmente se está luchando en las arenas de Gaza no es solamente otra guerra del conflicto árabe-israelí, esta es una guerra mundial. Es una guerra religiosa y política, pero sobre todo es una guerra entre dos sistemas de valores esenciales de vida. La franja de Gaza actualmente es el epicentro del choque de civilizaciones. Divido esta declaración en tres dimensiones.
Primero a nivel de valores esenciales. Por un lado, tenemos a un país, Israel, que fue atacado sin provocación, un sábado 7 de octubre de 2023 a las 6:30 am, en un día de fiesta religiosa. Mientras dormían o bailaban, civiles inocentes fueron abatidos, asesinados, violados y secuestrados. Algunos fueron amarrados y quemados en vida, otros fueron decapitados. Tenemos pruebas indiscutibles de todos estos acontecimientos debido a que los terroristas de Hamás que realizaron estas barbaridades usaron cámaras GoPro de alta resolución para poder mostrarle al mundo sus acciones. No intentaron negarlas o esconderlas, no les dio vergüenza. Todo lo contrario, el orgullo los impulsó a transmitir sus acciones en vivo. Son monstruos capaces de presumir acciones como decapitar bebés inocentes, violar a madres frente a sus hijos, y secuestrar ancianos. Su sistema de valores es totalmente opuesto a los valores éticos y morales esenciales que guían la vida de las sociedades occidentales liberales.
En el segundo nivel quisiera analizar la relación que existe entre la sociedad civil y el ejército nacional. En Israel, los refugios son usados para proteger a los civiles, y los soldados tienen como función proteger a la población. En Gaza, los civiles son usados como escudo para proteger a los terroristas. Está claro que los eventos del sábado oscuro de octubre fueron planeados con meses, incluso años de anticipación. Aquellos que planearon y coordinaron estas atrocidades entendían que, al asesinar más de 1400 civiles inocentes, y secuestrar a más de 240, el ejército de Israel saldría a buscarlos. Pero ellos no prepararon a la sociedad civil, sino que se escondieron debajo de ella. Almacenaron agua, alimentos y combustible sólo para ellos, no se preocuparon por la población civil. Hamás no se preocupa por el bienestar de la población civil palestina, en su lugar busca generar la mayor cantidad de daño civil interno posible, ya que mientras más sufrimiento tenga su propia población, más van a poder justificar sus acciones, y más van a poder generar odio, lo que les va a dar una nueva generación de jóvenes que estén dispuestos a inmolarse en nombre de Allah. Este punto puede ser visto con claridad en el hecho que los líderes principales del Hamás, los multibillonarios que sistemáticamente han robado el presupuesto nacional del pueblo palestino, ni siquiera se encuentran en la franja de Gaza, sino que dan las órdenes y las instrucciones de asesinar a israelíes, desde sus hoteles de lujo, protegidos por los gobiernos musulmanes de países árabes que apoyan el uso de terrorismo.
El tercero es a nivel global. Por un lado, está Hamás, apoyado por países y organizaciones internacionales como Irán, Rusia, China, Corea del Norte, Líbano, Siria, Iraq, Venezuela, Bolivia, ISIS/Daesh, Al’Qaeda, Hezbollah, Hutíes en Yemen, entre otros. Básicamente, el eje de los países más opresores y con dictaduras más intolerantes, con las sociedades más pobres (mientras que los dirigentes viven como reyes). Países que no reconocen el derecho de la libertad de prensa, ni mucho menos las libertades de minorías y ni siquiera mencionar los derechos de los LGBTQ+. Mientras que, por el otro lado está Israel, contando con el apoyo incondicional de Estados Unidos, los países de La Unión Europea, y los demás países democráticos, liberales, y tolerantes del mundo, dado a que Israel, como es sabido, es un país democrático, progresista, libre, con derecho a la prensa, igualdad de género, de credo, de raza, de inclinación sexual, gobernada por leyes, y con una esencia de amar la paz y la vida.
En resumen, por un lado, tenemos terroristas, que buscan generar destrucción y odio, mientras que por el otro tenemos un ejército que defiende a una población. Por un lado, tenemos a hombres que buscan ser mártires al asesinar inocentes con la ilusión de llegar al paraíso donde los esperan 72 vírgenes, mientras que, por el otro lado hay ciudadanos educados en valores éticos y morales esenciales que anhelan rescatar y salvar vidas. Por un lado, encontramos al eje del mal y la opresión, dirigido por Irán y, por el otro, al mundo de aliados democráticos y liberales.
Ahora que están claros esos tres puntos, quiero contarles que, en los últimos días, he tenido el honor de ser invitado a dar una serie de entrevistas y debates en noticieros alrededor del mundo. Honestamente he quedado impresionado por el poco conocimiento demostrado por los medios sobre el conflicto actual. Es por esta razón que, les quiero compartir algunos de los términos más tergiversados con los que me he tenido que enfrentar.
Algunos intentan justificar las acciones injustificables del siete de octubre basándose en palabras como, “ocupación”, “cárcel al aire libre”, “apartheid”, “colonialismo”, “conflicto territorial”, “refugiados”, “sufrimiento del pueblo palestino”, “Free Palestine”, “genocidio”, etc. Ante esto quisiera explicar que las acciones del 7.10 no tienen justificación alguna, ¡punto! Y si usted, lector de este ensayo, considera que existe alguna justificación para decapitar bebés inocentes, o sacarle el feto a una madre embarazada y apuñalarlo mientras ella grita, y, además filmarlo presuntuosamente gritando Allahu Akbar, entonces lo invito a dejar este texto, pues nuestro sistema de valores es directamente opuesto.
Ante todos estos términos, los invito a leer, estudiar y aprender un poco de historia de alguna fuente confiable en lugar de hacerle caso a influencers baratos en TikTok. Para darle una idea, no hay manera de que pueda haber ´ocupación´ en la franja de Gaza si no hay ahí presencia israelí hace más de 17 años cuando salió el último israelí en la famosa desconexión de Gaza el año 2005, desde entonces no ha habido un solo soldado israelí en ese territorio. Recién, la semana pasada, por motivos anteriormente mencionados, por primera vez, soldados israelíes penetraron la frontera con Gaza. En el año 2006 Hamás ganó las elecciones obteniendo una mayoría absoluta en el parlamento de Gaza, sin embargo, en el verano del 2007 la organización terrorista Hamás condujo un golpe de Estado para consolidar el poder por la fuerza, (en donde fallecieron 116 palestinos a manos del Hamás) y desde entonces el pueblo palestino vive bajo la dictadura opresiva yihadista del Hamás. También es incorrecto utilizar ´cárcel al aire libre´, ya que Israel no controla todas las fronteras de Gaza ni decide quién puede entrar o salir, esta franja comparte además una frontera con Egipto. (Los invito a revisar un mapa, para que entiendan más a fondo este punto).
En el Estado de Israel no existe un ´Apartheid´, debido a que los árabes israelíes que alcanzan un 20% de la población nacional, gozan de igualdad de derechos y deberes como todos los demás ciudadanos. Hay árabes ministros en el gobierno, hay árabes jueces en la corte suprema, hay árabes policías, médicos, banqueros, etc.
Israel no es un Estado colonizador. Veamos la definición del término: “Colonialismo: proceso sistemático de ejercicio de control y dominación militar, política y religiosa sobre la tierra, los recursos y las poblaciones nativas.” Primero y sobre todas las cosas, debe ser obvio que los nativos originales de este terreno son los judíos. Basta con entender que la palabra ´judío´ es proveniente de la tierra de judea (aproximadamente 600 años antes de la era común, y 800 años antes de que el Emperador Romano Adriano renombró la provincia de Judea como Siria-Palestina en el año 135EC. y aproximadamente 1200 años antes del nacimiento del profeta Mahoma). Además, cualquier persona que honestamente quiera analizar la conexión del pueblo judío con la tierra de Israel a nivel histórico, desde textos históricos, pruebas arqueológicas, idioma, entre otros podrá con facilidad comprender que los ´nativos´ originales de esta tierra son los judíos. Así que obviamente los nativos no pueden ser considerados colonizadores. Pero incluso si deseas ignorar todas las pruebas históricas indiscutibles, cualquier persona podrá comprender que Israel no impone ni cultura, ni idioma, ni religión a los árabes israelíes ni mucho menos al pueblo palestino. Así que con facilidad podemos declarar que utilizar terminología como colonialismo es ridículo.
Muchos, incluso intentan justificar las acciones de Hamás basándose en que es otra ronda de violencia por un conflicto territorial, sin embargo, si fuera un conflicto territorial, ya se hubiera solucionado. Así como se solucionó el conflicto territorial entre Israel y Jordania e Israel y Egipto; a cambio de territorios se firmó la paz. Pero para Hamás, tal cual como aparece en su chárter ideológico, “la única solución al problema palestino es el Yihad”, el conflicto es religioso. Para ellos, no hay lugar para un Estado judío en terreno musulmán. “El Yihad es la obligación de todo musulmán”. (Yihad significa ´Guerra Santa´)
¿Los palestinos son refugiados? Primero vamos a la definición oficial de las Naciones Unidas: “Refugiados son personas que se encuentran fuera de su país de origen por temor a la persecución, al conflicto, la violencia generalizada, u otras circunstancias que hayan perturbado gravemente el orden público y, en consecuencia, requieren protección internacional.” En otras palabras, estatus de refugiado puede ser otorgado a una persona que se ve obligada a huir de su país por motivo de un conflicto bélico. Es decir, no existe ser refugiado dentro de su país de origen… además es un estatus temporal, que concluye cuando la persona logra volver a su país o adquiere la nacionalidad del Estado en el que se encuentra. En todo caso, el estatus de refugiado no pasa de generación en generación.
En pocas palabras, no se puede heredar el estatus de refugiado. Si un refugiado sirio actualmente en Alemania tiene un hijo, su hijo es inmediatamente alemán de nacimiento y no tiene derecho al estatus de refugiado. El único caso en el mundo en el que el estatus de refugiado puede ser otorgados a personas dentro de su territorio de origen y que puede ser heredado de una generación a otra es el caso palestino. (¿Seguro se estarán preguntando porque será? La respuesta es que los países árabes musulmanes tienen una mayoría automática en las naciones unidas, como bien dijo el exembajador de Israel a dicha institución Aba Eban: “Si Argelia introduce una resolución a la ONU declarando que el mundo es plano y que Israel es el culpable por hablarlo aplanado, ¡dicha resolución pasaría con una enorme mayoría!” Esto es parte del esfuerzo del mundo árabe para mantener a los palestinos sin solución, con el objetivo de presionar a Israel y para que ellos no tengan que hacerse cargo de este problema.
Obviamente, entre todos los 50 países árabes-musulmanes, que cuentan con una población de 1.9 Billones de habitantes, podrían haber encontrado con facilidad relativa una solución para 5 millones de Palestinos. (Importante recalcar que actualmente son 5 millones, pero en 1948 solamente 700 mil personas recibieron el estatus de refugiados en su propio terreno). Ojo, no me refiero con esto a que los reubiquen a otras zonas del mundo, únicamente me refiero a que, con el poder económico del mundo árabe-musulmán, pudieron haber convertido a la franja de Gaza en Singapur, pudieron haber invertido en educación, en industria y en el progreso, pero a diferencia de Israel, el gobierno de Hamás en la franja de Gaza ha invertido todo el multibillonario apoyo económico que reciben, en la lucha santa, en construir túneles, en lugar de industria. En este punto, vale recalcar que antes de la creación del Estado de Israel, había cientos de miles de judíos en todos los países árabes-musulmanes. Dichos judíos fueron expulsados de sus hogares y obligados a emigrar, sin embargo, ellos no son considerados refugiados, debido a que fueron adoptados por Israel (y otros países) ya hace 80 años y desde entonces se han dedicado a formar parte proactiva de la sociedad en la que viven.
Para aclarar, en el año 1947 la comisión UNSCOP (United Nations Special Committe on Palestine) de las Naciones Unidas ofrecieron una solución al problema árabe-israelí que había en el territorio que era un Mandato Británico desde la caída del Imperio Otomano, llamado el “Plan de partición”, que proponía la creación de un Estado árabe y un Estado judío, este plan los judíos lo aceptaron, pero los árabes lo rechazaron. Los judíos declararon la independencia y los árabes declararon la guerra. Al final de la guerra, los árabes que quedaron en los terrenos bajo control israelí fueron invitados a ser parte del Estado judío y se convirtieron en lo que hoy conocemos como árabes israelíes. Por ejemplo, los árabes que se quedaron bajo el control de Jordania (en Cisjordania) adquirieron nacionalidad jordana, por lo que, a nivel de terminología, de manera inmediata dejarían de ser considerados refugiados. No eran palestinos, porque nunca existió un país árabe llamado Palestina. En las décadas siguientes hubo una serie de guerras con los países de la zona en la que Israel siempre salió victorioso, pues para Israel, perder significa desaparecer. Al concluir las guerras, un grupo de personas árabes, entre ellos nacionales jordanos y egipcios, quedaron en los territorios conquistados por las guerras, actualmente reconocidos como terrenos en disputa (franja de Gaza y Cisjordania), y ellos son los ahora considerados “palestinos”.
Por cierto, otro tema que aparece mucho es el ´genocidio del pueblo palestino´. El término “genocidio” significa “la aniquilación o exterminio sistemático y deliberado de un grupo social por motivos raciales, políticos o religiosos”. Para entender esta falsedad basta con ver números oficiales. En Israel, al momento de la creación del Estado, había pocos miles de árabes que optaron por aceptar la invitación a ser ciudadanos del Estado de Israel, hoy son más de 2 millones. Y aquellos que se encontraban en los terrenos que fueron dominados por Jordania y por Egipto en el año 48 eran aproximadamente 700 mil, hoy son casi 5 millones. ¿Como puede ser acusado Israel de genocidio si en los últimos años los palestinos y los árabes han crecido de manera demográfica tan significativamente? ¿Si fuera Israel un país genocida, no habría menos árabes o Palestinos?
En resumen, en los últimos 80 años, un grupo de judíos crearon un Estado fuerte y pujante, democrático y liberal, con una de las economías más fuertes del mundo, con un sistema de educación y salud públicas de alto nivel, hicieron florecer el desierto, forjaron centros de investigación y desarrollo, se basaron en la alta tecnología para conllevar al mundo hacia adelante. Mientras que, en esta misma zona y en este mismo periodo, un grupo de árabes en lugar de procurar el progreso, se dedicaron a fomentar el odio y rencor, se concentraron en inculcar extremismos religiosos de guerra santa, mártires, vírgenes, etc. Un país buscó tener la mejor vida posible, mientras que el otro buscó asegurar sus premios en el paraíso.
La guerra actual no va a ser ni rápida ni fácil, Israel no se va a detener hasta que no cumpla con los objetivos. Los secuestrados ya llevan un mes en jaulas, sufriendo torturas inimaginables a manos de los monstruos más asquerosos que ha creado la humanidad. Israel, por sus valores esenciales, no se va a detener hasta no rescatarlos. Si Hamás desea ponerle fin a este conflicto, solamente tiene que liberar a los secuestrados. El día que eso pase, todo puede cambiar, pero mientras sigan torturando a los secuestrado en sus túneles, nosotros seguiremos buscándolos.
La sabiduría en retrospectiva diría que Israel debió haber estado más atento y adecuadamente preparado para un ataque de esta índole, y Hamás y el mundo debió haberse imaginado que, al realizar un atentado de una magnitud tan terrible, Israel lanzaría una guerra incomparable con alguna anterior.

Ariel Goldgewicht. Sirvió como oficial en la Unidad de fuerzas especiales élite del Ejército de Israel “Duvdeban”
Para todos los espectadores en el mundo entero que ven por los noticieros los acontecimientos en esta zona, los invito a formalizar una opinión en relación a este conflicto. Solo les solicito que entiendan que, si apoyan al esfuerzo de autodeterminación de pueblo Palestino, y desean que tengan un futuro brillante para sus hijos, deberían estar apoyando a Israel para liberar al pueblo palestino de la opresión armada religiosa fanática del grupo terrorista Hamás. Para los que decidan apoyar a la organización terrorista yihadista fundamentalista Hamás, sepan que pertenecerán a un club muy exclusivo, junto con Irán, Isis y Al-queda, que definitivamente no concuerdan con los derechos ni de la mujer ni de las minorías, que no creen en la libertad de expresión ni el derecho de preferencias sexuales.
Ahora si aun decides que deseas salir a manifestarse en contra de Israel, a pesar de conocer todas las atrocidades ocurridas y la esencia del Hamás, te invito a preguntarte: ¿Saliste a manifestarte en contra de la guerra en Siria (en la que murieron más de 300 mil civiles inocentes sirios)? o ¿Te manifestaste en contra de la guerra en Yemen (en la que murieron, hasta el momento 230 mil civiles inocentes yemenitas)? o ¿Te manifestaste en contra la guerra en Afganistán (donde murieron 243 mil civiles inocentes afganos)? o ¿Te manifestaste en contra la guerra en Iraq (donde murieron 315 mil civiles inocentes iraquíes)? (ojo que todos estos eventos ocurrieron en los últimos 20 años… no estoy hablando de la prehistoria…)
Si no lo hiciste en esas instancias, pero ahora si consideras que debes hacerlo por el conflicto en Gaza, te recomiendo que te cuestiones si no consideras importante primero manifestarte para presionar hacia la liberación de los secuestrados, sabiendo que eso es lo probablemente podría conducir a un cese de fuego inmediato y la conclusión de sufrimiento de ambos lados… en todo caso debes contemplar si los motivos de tu participación en las manifestaciones contra Israel es realmente la protección de vidas civiles inocentes, o si tu motivación es un profundo antisemitismo… pues si la única diferencia entre estos casos anteriormente mencionados y a la guerra actual, es que Israel no estaba involucrado, como justificas que de repente decidiste salir a la protección de civiles que anteriormente no te importaron?
*Director ejecutivo del Departamento de Liderazgo Juvenil de la Organización Sionista Mundial. Sirvió como oficial en la Unidad de fuerzas especiales élite del Ejército de Israel “Duvdeban”.
25 años de servicio (entre el servicio básico y las reservas)
B.A. en Relaciones Internacionales Universidad Hebrea de Jerusalén
B.A. en Historia en la Universidad Hebrea de Jerusalén
Opinión
Opinión | Un octubre negro que debe hacernos despertar

Por Adriana Camisar*
Lo que ocurrió el pasado 7 de octubre en Israel, debería ser un llamado de atención para el mundo entero.
La barbarie de los terroristas de Hamas traspasó todos los límites morales posibles, desnudando su sangrienta y peligrosa ideología.
Lo que ocurrió es espantoso y desgarrador. Pero más desgarrador aún es el feroz antisemitismo que vimos resurgir con fuerza en distintos rincones del planeta, incluso antes de que comience la acción de defensa del ejército israelí.
Hemos sido testigos de marchas en todo el mundo en apoyo a Hamas, con slogans antisemitas como: “judíos a las cámaras de gas” o “globaliza la intifada” (que no es otra cosa que un llamado a la libre matanza de judíos).
Hubo innumerables ataques contra sinagogas e individuos judíos, y muchas universidades en Occidente se convirtieron en lugares inseguros para sus estudiantes judíos.
Además de estas manifestaciones abiertamente antisemitas, hubo otras aún más peligrosas, porque vinieron de organismos normalmente considerados respetables. Agencias de noticias como la CNN o MSNBC dieron credibilidad a reportes falsos de Hamas sobre el accionar del ejército israelí; la Cruz Roja Internacional no se preocupó inicialmente por los israelíes secuestrados; UNICEF no demandó la liberación de los niños y bebés israelíes cruelmente separados de sus familias; y UN Women (la organización de la ONU que debe velar por los derechos de las mujeres) no dijo una palabra sobre las mujeres israelíes violadas, torturadas, secuestradas y quemadas vivas.
Entonces es imposible no preguntarse lo siguiente: existe acaso algo que pueda hacer que el mundo se solidaricen con Israel y los judíos? Si algo como esto, que es la manifestación más acabada del mal, no hace que las personas se conmuevan por las víctimas judías, quizás nada lo hará.
Pero más allá de la amenaza para las comunidades judías de todo el mundo, si algo nos enseñó la historia, es que algo muy serio ocurre en aquellas sociedades en las que se permite que el antisemitismo florezca. Se trata de sociedades enfermas que pierden la capacidad de distinguir entre el bien y el mal, lo que finalmente repercute en contra de ellas mismas.
De hecho, los prejuicios antisemitas que salieron a la superficie, nublaron la visión de muchos, impidiendo un correcto diagnóstico del mal al que nos enfrentamos. Estos prejuicios también impidieron (y aún impiden) una correcta evaluación del accionar del ejército Israelí, al que se demoniza, aún sin tener toda la información necesaria para hacer una evaluación correcta; y al que se somete a un estándar diferente al que se sometería a cualquier otro ejército, en circunstancias similares. En la práctica, esto implica negarle a los israelíes el derecho a defenderse.
En estos días, proliferan las expresiones que buscan “contextualizar” lo ocurrido, e incluso justificarlo, con argumentos que no resisten un análisis serio.
Es cierto que la masacre del 7 de octubre no ocurrió en “un vacío”, como afirmó recientemente, en un muy desafortunado comentario, el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres. Pero sus conclusiones acerca de las causas primarias de lo ocurrido son profundamente erróneas. Y siendo él, el “principal diplomático del mundo”, su diagnóstico equivocado es extremadamente serio.
Ninguna política israelí puede justificar lo ocurrido. De hecho, Israel no tiene presencia alguna en la Franja de Gaza desde el año 2005. Y el enclave recibe millones de dólares de ayuda humanitaria todos los años por parte de la comunidad internacional, ayuda que en vez de utilizarse para desarrollar Gaza, se utilizó para construir misiles, túneles y demás infraestructura del terror. Es cierto que Israel mantenía un bloqueo para evitar que ingresen materiales que puedan utilizarse para construir esa infraestructura. Pero si algo demostró la masacre perpetrada, es que el bloqueo debería haber sido aún más estricto.
La verdadera causa de esta barbarie es la ideología de odio con la que generaciones de palestinos han sido adoctrinados durante años. En las escuelas, que dicho sea de paso son administradas por una agencia de la ONU (la Agencia para los Refugiados Palestinos o UNRWA), los libros de texto glorifican a los “mártires” que asesinan judíos; demonizan al Estado de Israel; y replican teorías conspirativas de neto corte antisemita. Muchos de los maestros tienen conexiones con organizaciones terroristas. Y tanto las escuelas, como las mezquitas y los hospitales, son utilizadas para esconder armas y cuarteles del terror.
La ONU, por lo tanto, tiene una enorme responsabilidad en el sostenimiento y la promoción de esta ideología de odio.
Desde chicos, a los habitantes tanto de Gaza como de Cisjordania se les enseña que el Estado de Israel no tiene derecho a existir, que los judíos son impostores en esa tierra (a pesar de los 4.000 años de presencia judía ininterrumpido en esa región), y que la razón de la existencia de cada uno de ellos es luchar, no por la construcción de un estado palestino, sino por la destrucción de Israel. Y de hacerlo en forma violenta.
Convertirse en un “mártir” es el mayor orgullo al que estos niños pueden aspirar, en abierta violación a los derechos del niño. Las familias de los terroristas que asesinan a judíos reciben altos salarios de por vida, lo que funciona como un excelente incentivo. Esto es conocido como la política de “pagar para matar.” Todo en nombre de la interpretación más radical y fundamentalista del Islam.
Entender esta realidad es importante porque cuando la guerra acabe, será necesario tomar las decisiones adecuadas, para que algo como esto no vuelva a ocurrir jamás.
Aún cuando Israel logre eliminar a los terroristas de Hamas y a su capacidad bélica, la ideología subyacente seguirá tristemente reinando entre los palestinos. Y en cualquier momento surgirá un grupo similar, con otro nombre, pero con la misma ideología extrema.
Entonces, lo que debe comenzar a analizarse desde ahora, es cómo combatir esa ideología, mediante un enorme trabajo de re-educación que implique el rechazo absoluto al extremismo. Esta no será una tarea fácil, y llevará generaciones. Pero es una tarea absolutamente necesaria e impostergable. Algunos analistas indican, con razón, que los ejemplos de Alemania y Japón, luego de la segunda guerra mundial, podrían ser buenos modelos a seguir.
El Islam radical no es solo un problema de Israel y del mundo judío. Es una amenaza para la sociedad occidental en su conjunto, ya que su fin último es el establecimiento de un califato global, y la eliminación de todos los “infieles.” Si la comunidad internacional no despierta y frena el avance de esta atroz forma de totalitarismo, sufrirá tarde o temprano terribles consecuencias.
*Asesora especial para Asuntos Latinoamericanos y de la ONU de B’nai B’rith Internacional, la organización judía más antigua del mundo, con sede en Washington DC.
Es además la directora adjunta del Instituto Americano-Judío de Relaciones Internacionales (AJIRI).
Opinión
Entre dos Filosofías y dos Ciudades, Occidental vs. Islámico ¿Podría Gaza ser Dubái?
Los árabes que permanecieron en los terrenos bajo control israelí fueron invitados a ser parte del nuevo Estado de Israel y se convirtieron en lo que hoy conocemos como árabes-israelíes. Estos árabes, (musulmanes y cristianos), se han desarrollado junto al Estado de Israel en los últimos 78 años. Por cuatro generaciones los árabes-israelíes han estudiado en escuelas de acuerdo al currículo de educación del ministerio de educación nacional israelí, han alcanzado títulos académicos en las universidades en Israel y en el mundo entero, han construido hogares en Israel, se han convertido en jueces en la corte suprema de justicia, médicos cirujanos, ministros en el gobierno, emprendedores, banqueros, policías, y todos los demás sueños que habrán querido alcanzar. Evidentemente se han convertido en ciudadanos con igualdad de derechos y deberes como cualquier otro israelí.

Por Ariel Goldgewicht*
La guerra actual entre el Estado de Israel y la Organización Terrorista Islámica Fundamentalista Hamas es mucho más que otra ronda de este conflicto, es el epicentro de un choque de ideologías. En el siguiente ensayo intentaré analizar dos interrogantes que han sido resaltadas en los medios sociales en las últimas seis semanas transcurridas desde las atrocidades del siete de octubre.
Destacan las preguntas interesantes: ¿Por qué será que vemos grandes demostraciones y desfiles pro-palestinos en el mundo entero, excepto entre los árabes-israelíes? Es decir, ¿por qué los árabes (palestinos) que viven en Israel, al parecer son los únicos que no están luchando por la ´libertad’ de Palestina? ¿Acaso los árabes-israelíes serán los únicos árabes que no gritan repetidamente ´from the river to the sea, ¡Palestine will be free! ´ (del río al mar, Palestina será libre), insinuando, de-facto, la destrucción absoluta del Estado de Israel? Sin duda, esto es una disonancia cognitiva sumamente significativa, que debe ser investigada y analizada. Por otra parte, intentaré también pronosticar, quizás de manera más fantasiosa, cómo podría llegar a verse la franja de Gaza en la era post-Hamás.
En las últimas semanas he tenido la oportunidad de ser entrevistado en decenas de noticieros alrededor del mundo, discutir en debates con personas cuyo pensamiento es diferente al mío, e incluso he tenido el honor de haber publicado algunos artículos describiendo interrogantes, perspectivas y opiniones en relación al conflicto actual, sus fuentes y posibles caminos al progreso. (En la parte inferior de esta nota, podrán encontrar enlaces para acceder a algunos de los artículos que he redactado en las últimas semanas, por si lo desean).
Nos han acusado de todo tipo de barbaridades, me han atacado con falsedades y mentiras e insultos y amenazas… algunos incluso han intentado justificar las acciones barbáricas del 7.10. Sin embargo, seguimos adelante, debido a que a pesar de que todos llevamos en nuestras manos un aparato magnifico, nuestros teléfonos celulares, que proporciona acceso directo a toda la información real y a los hechos históricos indiscutibles. Como sociedad mundial nunca hemos tenido tanta ignorancia, y lo peor de todo es que, vivimos en una época absurda en la que los ignorantes hablan con una confianza absoluta, mientras repiten mentiras sin la mínima humildad de cuestionar sus palabras, y por algún motivo, las multitudes se dejan convencer de sus falsedades con facilidad. Es verdaderamente impresionante ver supuestos ´influencers´ en Instagram y Tiktok que están activamente creando una generación entera de personas que idealizan la ignorancia.
Yo vengo del mundo de la educación, creo en el pluralismo de pensamiento y en la esencia de la autocrítica. Confío plenamente en el hecho de que las cosas son complicadas, por lo que hace falta hacer un esfuerzo, hay que investigar, analizar, contemplar, debatir y pensar, antes de generar una opinión, y más aún, creo en la importancia de escuchar y aprender. Espero que estas palabras a continuación generen un pensamiento crítico, promuevan el diálogo y aporten a la búsqueda constante de una solución viable.
Comencemos con el interrogante inicial, ¿Quiénes son los árabes israelíes y por qué no salen a manifestar?
El Estado de Israel está compuesto por una población actual aproximada de 9.3 millones de personas, de los cuales el 74% se autodefinen como judíos, 20% como musulmanes, 2% cristianos, 2% drusos, y el 2% restante como ´otros´. Cuando las Naciones Unidas adoptaron la resolución llamada el ´Plan de Partición´, que proponía la creación de un estado árabe y un estado judío, este plan fue aceptado por los judíos (a pesar de que debían renunciar al 56% del terreno que originalmente se les había prometido), pero interesantemente fueron los árabes quienes lo rechazaron. Los judíos declararon la independencia mientras que los árabes declararon la guerra. Al final de esta guerra, los árabes que permanecieron en los terrenos bajo control israelí fueron invitados a ser parte del nuevo Estado de Israel y se convirtieron en lo que hoy conocemos como árabes-israelíes. Estos árabes, (musulmanes y cristianos), se han desarrollado junto al Estado de Israel en los últimos 78 años. Por cuatro generaciones los árabes-israelíes han estudiado en escuelas de acuerdo al currículo de educación del ministerio de educación nacional israelí, han alcanzado títulos académicos en las universidades en Israel y en el mundo entero, han construido hogares en Israel, se han convertido en jueces en la corte suprema de justicia, médicos cirujanos, ministros en el gobierno, emprendedores, banqueros, policías, y todos los demás sueños que habrán querido alcanzar. Evidentemente se han convertido en ciudadanos con igualdad de derechos y deberes como cualquier otro israelí.
Ojo, es importante resaltar que aún hay muchos problemas, lamentablemente no todo ha sido color de rosa. El sistema parlamentario gubernamental israelí ha generado una situación en la que la mayoría de los partidos políticos son ´sectoriales´, es decir, que se preocupan primordialmente por el sector que vota por ellos. Por este motivo, muy poco ha sido invertido específicamente en las minorías sociopolíticas en Israel. En un mundo ideal, debió haberse invertido mucho más en las minorías como los etíopes, los drusos, los beduinos y por supuesto también en los cristianos y los musulmanes, entre otros, que carecen de representación parlamentaria fuerte que pueda dirigir presupuestos a estas minorías.
Hace falta crear un plan estratégico a largo plazo para desarrollar con mayor éxito la integración social de todas las minorías a nivel nacional. Eso será desglosado en futuros ensayos. Mientras tanto, quisiera intentar ofrecer una explicación de por qué estas minorías, en particular los árabes musulmanes (que constituyen casi un 20% de la sociedad nacional de Israel), no han salido a apoyar al Hamás y no buscan la destrucción de Israel. Vale recalcar que los árabes israelíes de religión musulmana, incluso muchos de los árabes cristianos, se autoidentifican también como ´Palestinos´.
Para entender esto, quisiera enfocarnos en dos aspectos esenciales. Por un lado, el sistema de educación formal, y por otro lado, la formación de esperanzas y expectativas para el futuro.
En los libros de estudio de las escuelas árabes-israelíes en el Estado de Israel, la educación de los niños se basa en valores éticos y morales occidentales, aprenden matemáticas, física y química, aprenden inglés y leen novelas de escritores reconocidos a nivel mundial. No estoy insinuando que sea perfecta, obviamente podría ser mejor. Solo estoy señalando que, por cuatro generaciones, niños han crecido en un entorno educativo en el que se fomenta el desarrollo y el éxito, mientras que, en forma contradictoria, en las escuelas de Gaza y en Cisjordania, aprenden a idolatrar mártires y reciben una inculcación masiva de odio y rencor constante y permanente.
Esto nos lleva directamente al segundo aspecto. El motivo por el que invertimos tanto en nuestros hijos en el mundo occidental es porque deseamos, entre otras cosas, que tengan éxito en sus vidas. Quiero detenerme un minuto en describir el común denominador de las varias definiciones de la palabra éxito. Éxito es alcanzar nuestras expectativas, nuestros sueños para una vida mejor… encontrar la felicidad. Sin embargo, para tener éxito, debes primero contar con la fuerza y la valentía para soñar y el respaldo para luchar por tus sueños. Debes tener la capacidad de sentir la confianza en tus habilidades y la proyección de tus expectativas. ¿Pero, qué pasa si lo que deseas, lo que te han enseñado toda la vida, lo que consideran en tu entorno como éxito, es matar y morir por honor, es ser un mártir? ¿Qué pasa cuando actos de violación, decapitación, asesinato de niños y secuestro de bebés, son considerados representaciones y expresiones del éxito?
Eso es lo que evidentemente está ocurriendo en las escuelas dirigidas por el Hamás en la franja de Gaza. Lamentablemente, también en las escuelas de la Autoridad Palestina en Cisjordania, en los textos educativos tanto de primaria como secundaria, idolatraran a los ´héroes´ nacionales, personas que se han suicidado matando a israelíes, ¡mientras gritan Allah uakbar! Tanto en Cisjordania y como en Gaza construyen plazas, fuentes, monumentos, calles y escuelas en nombre de terroristas que han muerto estallando buses llenos de niños inocentes. Y lo peor aún, la Autoridad Palestina, tiene una sección de su presupuesto, mayor a los $300 millones de dólares anuales, que son entregados en forma de salarios mensuales a las familias de los terroristas que han muerto o que han sido capturados matando israelíes. Las cantidades de este salario varían de acuerdo con la cantidad de israelíes que el terrorista consiguió asesinar antes de morir o de ser capturado. ¡Entre más bebés inocentes lograste matar con tu chaleco explosivo, mayor será el pago mensual que recibirá tu familia!
Invito al lector a reflexionar un minuto sobre el párrafo anterior. ¿Cree que está bien esto? ¿Conoce algún otro organismo, país o sociedad que entrega a familiares de asesinos, sueldos mensuales de acuerdo a un menú basado en la cantidad de civiles inocentes que el terrorista haya asesinado a sangre fría? Esto indudablemente ha contribuido a la creación de una sociedad que considera héroes a asesinos, generando así que el ´éxito´ deseado por cada niño sea convertirse en un mártir.
Ahora pongamos esto en contexto. Si la esperanza de ser exitoso se basa en realizar asesinatos o en el suicidio, ¿Qué sentido hay en leer novelas de escritores legendarios, autores como Miguel de Cervantes, Gabriel García Márquez o Jorge Luis Borges? ¿Para qué estudiar matemáticas, física y química? ¿Qué objetivo habrá en estudiar inglés o computación? Nada de lo que consideramos como ´objetivos académicos´ en la sociedad occidental tiene valor, pues los héroes de la sociedad no son ingenieros, médicos, banqueros o emprendedores.

Ariel Goldgewicht
Por esto, también, como efecto secundario, se trata de una sociedad de severa pobreza. Y aquí se duplica la influencia, pues no sólo viven en una pobreza severa basada en la falta de capacidad académica, sino que son sometidos a un lavado de cerebro ideológico religioso fundamentalista yihadista. Y cuando mezclas, ignorancia académica, el heroísmo de los mártires del fundamentalismo islámico, y le agregas la ilusión de alcanzar cierta estabilidad económica al obtener un sueldo mensual, estás creando con eficiencia extraordinaria otra generación de niños y jóvenes cuyo único deseo es ser un mártir. Y cuando tengas éxito, encuentras lo que son, en esencia, una nueva generación de asesinos que son capaces de realizar las atrocidades barbáricas que hemos visto el pasado 7 de octubre.
Obviamente en una sociedad de esta índole no sólo no hay progreso académico, sino que encontramos también las demás características que usualmente vienen junto a ello. Por ejemplo, en sociedades fundamentalistas religiosas musulmanas, no hay libertad de prensa, de expresión, de pensamiento crítico, de igualdad de derechos, no existen los derechos de las mujeres, las minorías, ni los homosexuales… nada de eso. Los civiles no tienen ningún valor, ninguna importancia, son peones en la resistencia, son considerados herramientas en potencia. Es aquí también donde se convierte en legítimo usar a civiles como escudos humanos, donde es aceptable disparar cohetes desde el patio de una escuela o desde el techo de un hospital. Es aquí, en las sociedades gobernadas por fundamentalistas, donde vemos que la población puede vivir en extrema pobreza, mientras que sus autoridades corruptas (los ´megas-terroristas´) son multibillonarios. Ellos se convierten en los modelos a seguir, y así es como los niños crecen soñando ser uno de esos mega-terroristas.
Pensémoslo, los niños aprenden que ser un terrorista asesino es la única forma de superarse en todos los sentidos. Si logra morir en el acto recibirá las 72 vírgenes en el paraíso que le han prometido toda su vida, y su familia tendrá estabilidad económica para siempre. Será famoso, habrán pancartas con su foto y plazas serán honradas con su nombre. Y en el caso de no morir en el camino, tiene la opción de ascender a un rango militar superior, obtendrá un puesto de autoridad y además podrá acceder a la corrupción del grupo y convertirse en millonario. Quizás no tendrá vírgenes en el paraíso, pero igual podrá tener fama extraordinaria y estabilidad económica para toda su familia.
En resumen, ¿qué otra opción le queda a un niño palestino en Gaza? Considero que esta es la esencia del conflicto. Teoréticamente, todos los demás temas pueden ser solucionados mediante negociaciones: Los asentamientos pueden ser desmantelados (tal y como se ha hecho en varias ocasiones en el pasado), las fronteras pueden ser movidas de un lugar a otro, edificios y casas que fueron destruidas pueden ser reconstruidas. Pero cambiar la ideología radical de una persona que ha sido sometida a un lavado de cerebro sistemático y eficiente por décadas, incluso desde su más pequeña infancia, no es algo que pueda ser alterado con facilidad. Esto va a tardar generaciones enteras para lograr ser corregido, pero sí es posible.
Ahora sí, entonces, ¿cómo podemos progresar hacia un futuro de paz, seguridad y felicidad mutua? tanto para el Estado de Israel, como para el pueblo Palestino. Antes de proyectar el futuro, comencemos con un poco de historia. El mundo islámico no siempre fue así. El periodo comprendido entre los siglos VIII y XIII es considerado por historiadores la era de oro del islam. En este periodo los académicos musulmanes, ingenieros, comerciantes, médicos y artistas, contribuyeron enormemente en áreas como la agricultura, economía, industria, literatura, navegación, filosofía, ciencias, tecnología y hasta en las artes. Algunos inventos, como la brújula, el álgebra, el ajedrez, el astrolabio, el reloj, la cámara oscura, el arte de teñir, el curtido de cuero, la destilación, e incluso los números que habitualmente usamos hoy en día son números arábigos… ¡y muchos más! Pero, lamentablemente todo eso cambió drásticamente con el nacimiento del islam fundamentalista, extremista y vengativo, luego de la caída de Jerusalén a manos de las cruzadas (en el año 1099) y la caída de la ciudad de Bagdad a manos de los mongoles bajo el mando de Gengis Kan (en el año 1258).
Para darles una idea de cuánto ha caído el mundo musulmán desde su gloria, veamos un poco de números y estadísticas. Hoy en día hay más 8 billones de personas en el mundo, de las cuales, aproximadamente el 30% son musulmanas. Sin embargo, solo 16 musulmanes han sido ganadores de premios Nobel (y de estos, 9 son premios Nobel por la Paz). Es decir, a pesar de ser el 30% de la población mundial, únicamente tienen 1.6% de los premios Nobel. Mientras que la población judía mundial, por ejemplo, que alcanzan tan solo un 0.03% de la población mundial, tiene alrededor 22% de todos los premios Nobel. Es decir, de los 965 premios nobel que se han entregado desde 1901 que inició esta premiación, ¡214 han sido entregados a judíos!
Honestamente no tengo una respuesta clara que explique la naturaleza de estos números. Pero lo que sí puedo decir con certeza es que el pueblo árabe musulmán tiene el potencial de hacer cosas magnificas, como lo demostraron en el pasado. Pero por algún motivo en los últimos cien años, el mundo musulmán, al parecer, se ha dedicado a otras cosas, que no son la persecución de la excelencia académica.
Aun así, hay casos hermosos de éxito, como por ejemplo la magnífica ciudad de Dubái en los Emiratos Árabes Unidos ´EAU´. Dubái es la prueba del éxito posible cuando los líderes se enfocan en el progreso económico. Una ciudad de 35km2 que hace 25 años era prácticamente dunas de arena en un desierto con una costa al mar. Era un pueblo pescador pequeño y relativamente insignificante, pero hoy es una meca de industria y turismo de lujo superior que posee algunos de los hoteles más finos del mundo y el edificio más alto del planeta, el Burj Khalifa. En las últimas décadas, Dubái se ha convertido en sinónimo de éxito económico estratégico.
Las similitudes entre la ciudad de Gaza y la ciudad de Dubái son impresionantes. Ambos pueblos de pescadores, desérticos, sin fuentes de agua potable, con clima seco caluroso, y una playa hermosa. ¿Por qué Gaza no podría ser como Dubái? ¿Por qué no podría desde la costa de Gaza haber islas artificiales en forma de palmeras donde los millonarios del mundo compraran propiedades y construir mansiones de lujo? ¿Qué tendría que pasar para que Gaza pueda ser Dubái? ¿Para que la población pueda disfrutar de una rambla marítima hermosa, con restaurantes que tengan estrellas michelín, hoteles de lujo, quizás incluso casinos, centros comerciales con las tiendas más exclusivas y así convertirse en un centro turístico excepcional con atracciones para toda la familia, generando así un sitio al que todo el planeta quisiera visitar?
La respuesta inicial que estará dando vueltas en su cabeza ahora a esta pregunta debe ser, ‘pues la culpa la tiene Israel’, o quizás ‘la supuesta ocupación de la Franja’, o ‘la falta de recursos naturales y sus respectivos petrodólares’, o quizás una serie de variables adicionales que no han sido analizados. Pero en realidad, la respuesta más probable es que, simplemente, no les interesa.
En los últimos días, en preparación para la redacción de este ensayo, realicé una serie de entrevistas a amigos y colegas árabes palestinos. Cada uno de los entrevistados comentaron distintos motivos o variables acerca de por qué Gaza no es Dubái. Sin embargo, todos llegan a un común denominador esencial que quisiera compartir con ustedes. Por un lado, todos concuerdan en la afirmación, que por supuesto que si se podría y aún se puede. No es por falta de dinero, pues claramente hemos visto que el mundo ha estado invirtiendo decenas de billones de dólares en la Franja de Gaza por décadas. Tampoco es por la supuesta ´ocupación´, pues claramente fueron capaces de introducir billones de dólares en armamento, aparte del hecho de que Israel no ha tenido presencia física en Gaza desde el año 2005 cuando se retiró por completo de la franja. Lo que si concuerdan es que el día en que los palestinos reconozcan el derecho a existir del Estado de Israel, podrán iniciar una evolución de modo de guerra y mártires a modo de progreso académico, y sin dudas, todo el mundo juntos apoyarán a Gaza en esta transición hacía el éxito.
Todos los entrevistados están de acuerdo en que los dirigentes políticos que han dominado la franja de Gaza por los últimos 17 años, desde la desconexión de Israel, la organización Terrorista fundamentalista yihadista del hamás, no tienen ningún interés en ponerle fin al conflicto, pues para eso, tendrían que reconocer al Estado de Israel y lamentablemente eso no coincide con la ideología que han estado inculcando con tanta eficiencia por tantos años a los pobladores de la franja desde edades tempranas. Ellos viven del conflicto y se alimentan del odio; se motivan en el resentimiento y se basan en la pobreza absoluta que mantiene a toda la población exclusivamente dependiente de las autoridades.
Como dice el viejo refrán chino: “Dale un pez a un hombre y comerá hoy. Enséñale a pescar y comerá el resto de su vida” (Confucio). Si educaran a la población de Gaza a figurativamente pescar, podrían ser económicamente independientes de sus autoridades, podrían dedicarse a la ingeniería la arquitectura, la agricultura, la medicina, las ciencias e incluso las artes. Pero para eso, solamente tendrán que optar por la vida y no por la muerte. Tendrán que dejar a un lado los afanes de adquirir las 72 vírgenes en el paraíso, tendrán que dejar la noción de la gloría yihadista. Tendrán que optar por tener una vida mejor hoy, tendrán que decidir invertir en esta vida.
Estas ideas no son de fantasía, son reales e incluso tienen cierto nivel de probabilidad. Pero esto va a requerir de un plan estratégico a largo plazo. Shimon Peres Z»L siempre decía que hay que soñar en grande. Él estaba convencido de que la cooperación económica sería el conducto ideal para salir del ciclo de violencia. Decía que hay que invertir para poder progresar. Pero sus sueños no se realizaron, en gran medida, debido a que el lado Palestino del conflicto, tanto la Autoridad Palestina como el Hamás no están dispuestos a reconocer la existencia del Estado de Israel. Siguen en su lucha, con slogans como ´From the river to the sea´, buscando destruir en lugar de invertir, siguen educando a matar en lugar de superar.
Lo que tiene que pasar, para que podamos progresar, es un cambio esencial en el paradigma social de los Palestinos. Propongo aquí un plan estratégico que consta de 3 fases indispensables iniciales:
- Tienen que dejar de alabar asesinos barbáricos, dejar de glorificar sus nombres, dejar de nombrar plazas, escuelas y calles en honor a los terroristas cuyo único acto fue traer muerte y sufrimiento a la humanidad.
- Tienen que dejar de pagarles sueldos mensuales a las familias de terroristas suicidas. Dejar de asociar actos de asesinato con un incentivo económico.
- Luego tienen que comenzar a vivir, a generar expectativas, a crear sueños, y eso los proyectará a invertir en la educación y en la excelencia académica.
Esto no va a ser fácil, ni rápido. Va a tardar décadas, incluso generaciones enteras. Pero no dudo que sea posible. Además, creo fuertemente que los árabes-israelíes podrían servir como puente social que una la brecha entre estos dos sistemas tan opuestos de vida. Creo que este ejemplo exitoso, podría motivar a los Palestinos a optar por la creación de expectativas de vida que no incluyan la muerte. Hay miles de ejemplos de enemigos mortales que lucharon guerras horrorosas en el pasado, que hoy en día son aliados. Basta con ver como el Estado de Israel y Alemania son aliados para entender que en la imagen macro de la historia universal, en el futuro lejano, el conflicto árabe-israelí se resumirá en una página de algún libro.
Los análisis que he estudiado, en base a las investigaciones realizadas en los últimos días, me llevan a pensar que fueron los sistemas de educación fundamentalista yihadista aquellos que destruyeron todas las fibras de empatía humana y que convirtieron en monstruos a los que realizaron las barbaridades del 7.10, por lo que por medio de la educación podremos remediarlo. Lo que hace falta ahora, es que el mundo se una para terminar con el Hamás. El ejército de Israel debe seguir luchando, para alcanzar lo antes posible los objetivos de esta guerra, el rescate inmediato de los secuestrados y la destrucción absoluta de la opresión del Hamás sobre la población de Palestina en Gaza. Luego, el mundo, juntos, podremos comenzar la reconstrucción de Gaza, tanto a nivel de infraestructura, como a nivel de educación de valores, de ética, de moral y así, podremos ofrecer una posibilidad de generar expectativas y sueños que no tengan nada que ver con matar ni morir. Quizás sea ingenuo, quizá sea un sueño, pero espero algún día poder caminar por la rambla de la ciudad de Gaza.
*Director ejecutivo del Departamento de Liderazgo Juvenil de la Organización Sionista Mundial. Sirvió como oficial en la Unidad de fuerzas especiales élite del Ejército de Israel “Duvdeban”, 25 años de servicio (entre el servicio básico y las reservas).
B.A. en Relaciones Internacionales Universidad Hebrea de Jerusalén. B.A. en Historia en la Universidad Hebrea de Jerusalén
Notas:
El choque de valores esenciales ¿Héroes o criminales? – https://agenciaajn.com/noticia/ariel-goldgewicht-el-choque-de-valores-esenciales-heroes-o-criminales-223983
A treinta días de la masacre – de dónde vino, en dónde nos encontramos y hacia dónde nos dirigimos… La lucha contra la Ignorancia – https://agenciaajn.com/noticia/a-treinta-dias-de-la-masacre-de-donde-vino-en-donde-nos-encontramos-y-hacia-donde-nos-dirigimos-la-lucha-contra-la-ignorancia-224939
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